No es coherente culpar a Dios por todo lo que sucede en el ámbito político cuando la comunidad tiene tanto poder como responsabilidad para elegir. "Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí"
La conclusión es clara y urgente: no es coherente culpar a Dios por todo lo que sucede en el ámbito político cuando la comunidad tiene tanto poder como responsabilidad para elegir. "Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí" no es solo un reproche antiguo, es una advertencia para hoy. La soberanía divina no excluye la responsabilidad humana; por el contrario, la exige.
La llamada es a un despertar que combine oración, formación y acción. La iglesia y la comunidad deben ser más vocales, más intencionales y más proactivas en la formación de líderes, en la educación cívica de las nuevas generaciones y en la defensa de la libertad religiosa y la seguridad de las congregaciones. No basta con esperar que otros actúen. Si la comunidad quiere gobiernos que reflejen justicia, integridad y compasión, debe asumir su rol: votar con conocimiento, presentar líderes formados y ocupar los espacios públicos con responsabilidad.
El tiempo para actuar es ahora. Preparar líderes, enseñar a los jóvenes y votar con criterio no es un acto meramente político, es una responsabilidad ética y espiritual que impactará el futuro de las comunidades y de la nación. Despertar, asumir responsabilidad y actuar son los pasos indispensables para no repetir decisiones que luego lamentaremos.
Eligiendo desde la humillación
Nunca dejes de aprender
Pero Dios ya estaba
Una vida transformada por Dios YeYe